Receta de Roscón de Reyes Fácil en una hora

Lo primero que tenemos que elaborar es el Tang zhong. Para que os hagáis una idea es como... una bechamel de bollería. Para ello solo vamos a necesitar los dos primeros ingredientes de la lista, un cazo y unas varillas.

Pon la leche en el cazo, y la harina, y ponlo a fuego medio. Sin dejar de remover con ayuda de unas varillas, verás como espesa. En cuanto empiece a espesar es hora de retirarlo y ponerlo en un bol para que temple, ya que lo necesitaremos incluir tibio en la masa del roscón. Te tiene que quedar textura bechamel.

¡Primer paso hecho! Vamos, que no ha sido para tanto.

(INGREDIENTES A PARTIR DEL 3)

Este paso también es muy sencillito, pero tienes que ayudarte de una amasadora. Si lo haces a mano tendrás que amasar el doble de tiempo y ayudarte de las manitas hasta conseguir una masa suave y elástica. Además te recuerdo de nuevo la importancia de que todo esté a temperatura ambiente. La leche tibia, mantequilla pomada, huevos a temperatura ambiente... Si lo tienes frío, los caminantes blancos se acercarán hasta tu roscón para fastidiarlo.

Pon tu bol sobre la báscula y los ingredientes por este orden (es importante para que la levadura no se mezcle con enemigos dentro de la mezcla, como la sal):

- Leche
- Levadura (si es fresca desmenúzala un poco con los dedos)
- Harina
- Huevos (2 unidades, el otro es para pintar luego tu masa)
- Azúcar
- Sal
- Tang zhong (Tu mezcla del paso anterior que debe estar ya tibia, es decir, si metes el dedete no notarás mucha diferencia de temperatura)
- Ron (con un taponcito vale)
- Agua de azahar.
- Mantequilla. Tiene que estar pomada (textura pomada) y ponla en trocitos y así ayudas a la amasadora.

¡Listo! Ahora pon tu amasadora a trabajar, con el gancho de masas, a velocidad media 8 minutos. Obtendrás una masa algo pegajosa pero con mucho 'flou' y elástica.

¡Vamos que ya casi lo tienes disfrutón!

Ahora llega el momento de mancharse un poco, pero poco. Primero, precalienta el horno a 80º. Ni uno más, ni uno menos.

Pon un pelín de aceite en la encimera donde vayas a trabajar, na y menos, solo para que no se pegue la masa.
Ahora saca tu masa del bol y ponla sobre la mesa. No tenemos que amasar, solo toca darle forma a nuestro roscón. Un proceso que dependerá de tus prácticas con la plastilina cuando eras pequeño. Como véis, yo suspendí esa asignatura en el parbulario y a mi me ha quedado en vez de un círculo un triángulo, pero confío en que a vosotros se os dará mejor.

Así que, bolea tu masa, es decir, dale mimo haciendo una bola. Cuando tengas la bola, introduce tus dedetes en el centro para hacer un agujero. Cógela 'en el aire' y estírala como si se tratara de un neumático de bici. Ves consiguiendo tu forma de rosco, como mejor se te de, y coloca tu masa, estiradita y sobre un papel vegetal, ocupando tu bandeja de horno.

Ahora es el momento de llevártelo al horno, tiempo exacto 22 minutos (no te olvides de él) y a 80º. No lo toques, pero tampoco te lo quedes mirando, tienes tiempo de recoger el fregao.

Con esto vamos a conseguir que nuestra masa de roscón leve, se hinche y se ponga super esponjosa. La magia del horno.

Una vez pasados los 22 minutos y tu habiendo fregado ya la cacharrería, es tiempo de sacar tu Roscón de Reyes del horno. ¡Toca decorarlo y hornearlo! Pero, NO TOQUES EL HORNO NI LO APAGUES, déjalo a 80º tal y como está.

Coloca tu roscón en la encimera y píntalo de huevo batido por tooooodos los rincones exteriores, interiores... ¡por todo! Con mucho cuidado, brochita suave y sin hacerle agujeros que te lo cargas.

Ahora ponle por encima lo que más te guste. En mi caso he puesto un poco de azúcar humedecida en agua de azahar y almendras picaditas. La fruta escarchada los deja muy bonitos, pero en mi casa la quitamos y tiramos y... eso de tirar comida no me gusta nada.

Cuando ya lo tengas a tu gusto nos lo volvemos a llevar al horno. Introdúcelo y, cuando ya esté dentro, sube la temperatura a 180º. En 15-18 minutos estará doradito y listo para zampar. Sácalo del horno pasado ese tiempo y déjalo templar un poco, que calentito y recién hecho está rico pero no quiero que te quemes la lengua, disfrutón.

¿A que no ha sido para tanto?